campanario


La antigua costumbre de convocar al pueblo cristiano a la asamblea litúrgica mediante el sonido de las campanas, y advertirle también a través de estos signos de los principales acontecimientos de la comunidad local, invita a completar el edificio eclesial con la torre o campanario, unido a él o en sus inmediaciones. Aunque no es esencial al edificio, completa el conjunto y refuerza el simbolismo de la iglesia elevándose sobre los edificios circundantes para pregonar la presencia de lo transcendente en la ciudad terrena. El remate del campanario ha de ser la cruz, con preferencia a cualquier otro símbolo. Hay que procurar que las campanas sean verdaderas y no musicales.