Debido a que las iglesias son edificios de uso público que tienen un uso intenso y muy prolongado, deberán utilizarse materiales de calidad, de gran resistencia y mínimo mantenimiento, aunque ello signifique un mayor costo inicial.
El uso de materiales disponibles localmente y los diseños que son expresión de la cultura local pueden ser una ventaja para las parroquias.
Se deben evitar materiales y procedimientos que sean tóxicos para el ambiente o que sean desperdicio de los recursos de la tierra.