presbiterio


Es el espacio donde están ubicados —y sobresalen por su unidad— el altar, el ambón y la sede. Al entrar en una iglesia deben atraer inmediatamente las miradas por su ubicación central, su elevación y sus formas artísticas.

El presbiterio debe distinguirse adecuadamente de la nave de la iglesia, bien sea por estar más elevado o por su peculiar estructura y ornato, para transmitir el carácter único de las acciones que tienen lugar en ese espacio, y a la vez expresar su relación orgánica con las acciones de toda la asamblea litúrgica. Debe ser suficientemente amplio para permitir la celebración completa de los distintos ritos de la Palabra y de la Eucaristía, con los movimientos que conllevan, así como la de los otros sacramentos que se celebran allí.

Además de los tres lugares litúrgicos fundamentales conviene reservar en el presbiterio un espacio para los asientos de los sacerdotes concelebrantes y para la credencia.

La silla del diácono se debe colocar cerca de la sede del celebrante. Para los demás ministros, las sillas han de colocarse de tal manera que se distingan claramente de las sillas del clero y que les permitan cumplir con facilidad el ministerio que se les ha confiado (IGMR 310).